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La energía de otoño

El otoño nos muestra que hermoso puede ser dejar ir las cosas

Hubo un momento que todos pensábamos que el verano iba a durar para siempre, pero ahora ya llevamos unas semanas con las temperaturas bajas. Los días se han hecho más cortos. La luz se manifiesta con un resplandor de oro y la gama de colores de la naturaleza se está convirtiendo en una mezcla de ocre, marron, naranja y rojo.

No sólo el mundo alrededor nuestro se transforma, sino nuestro cuerpo también. Nuestro organismo ha de realizar un gran esfuerzo energético para adaptarse a estos cambios de estaciones.

Los cambios de la luz conllevan que el reloj interno se tenga que configurar de nuevo. Una menor producción de melatonina nos causa más dificultad a la hora de dormir. Al mismo tiempo la escasez de vitamina D puede hacernos sentir fatigado y además exacerba dolores y molestias en las articulaciones y músculos. Mucha gente nota síntomas similares a la depresión. Por encima de todo eso -particularmente un cambio rápido de frío- debilitan la inmunidad.

Así que es el tiempo adecuado para tomar la responsabilidad de conectar con nuestro cuerpo. Para cuidarlo y mimarlo.

Desintoxicación

Según la Medicina Tradicional China, dos grandes órganos de eliminación están en el foco en otoño: los pulmones y el intestino grueso. No es coincidencia, porque tu cuerpo está diseñado para someterse a una profunda desintoxicación en el momento del equinoccio de otoño. Esta es su gran preparación para el invierno. A nivel emocional se traduce en dejar ir las cosas que ya no te sirven. Puedes apoyar el proceso al prestar atención extra a tu vida interna, descansar suficientemente. Además, puedes favorecer la digestión, comiendo comida ligera pero nutritiva y fibrosa: manzanas, zanahorias, col, calabaza, sopas calientes, ajo, cebolla, rábano y hierbas y especias de calentamiento como el jengibre y la pimienta.

Respiración

Los pulmones son responsables de la base del Qi (= energía) para todo el cuerpo. La susodicha tendencia a la preocupación y tristeza que conlleva la falta de luz en estos meses, puede debilitar los pulmones bastante y así provocar una respiración superficial. Por eso, sobre todo el sistema respiratorio necesita mayor atención durante esta temporada. Para fortalecer los pulmones estaría bien acostumbrarse a llevar una respiración abdominal profunda durante unos minutos al día (combinado o no, con los estiramientos que explico abajo).

Imagina que inhalas vitalidad con cada inhalación. Fortalecerás tanto tu cuerpo como tu mente y pronto notarás que te sientes mejor (¡incluso después de una caminata corta!). Unos pulmones saludables además contribuirán a un gran aumento de la autoestima.

Masaje

Cuidar a tu cuerpo por supuesto incluye tratarte con masajes . Los beneficios del masaje pueden ayudar a calmar muchos de los inconvenientes físicos que acompañan al otoño, para que podamos pasar el tiempo disfrutando de la temporada.

Una sesión te puede:

aumentar la inmunidad
mejorar la calidad del sueño
aumentar los niveles de serotonina y dopamina, que son neurotransmisores que ayudan a estabilizar tu estado de ánimo
liberarte de toda la tensión, el dolor y el malesta

* En otoño, durante las sesiones, suelo prestar especial atención al meridiano del pulmón y además nos concienciaremos de ello a través de técnicas de respiración.

Auto masaje

Los meridianos energéticos conforman una red de canales por todo el cuerpo y a través de ellos circula y se entremezcla toda nuestra energía. El cuerpo tiene 12 meridianos principales. Entre ellos están el meridiano del pulmón y el del intestino grueso.

Como esos órganos tienen tanta importancia en otoño, desde luego también es una buena idea tomar unos minutos de tu tiempo para hacerte un pequeño masaje a ti mismo, enfocando en ellos. Sería excesivo explicar aquí las funciones y beneficios de todos los puntos reflejos a lo largo de estos meridianos, entonces destacaré 2 de ellos: el punto P-1, o Zhong Fu en chino (Palacio Central) y el IG-4, o He Gu (Unión de los Valles) -pincha en los enlaces para ver más información sobre el auto masaje de estos puntos-. En general estaría bien pasar todo el trayecto, buscando y dedicándose más tiempo a cualquier punto que sienta sensible. Debajo describo los trayectos con más detalle, así que puede ser un poco técnico:

El meridiano del pulmón nace en las profundidades de la región del plexo solar y desciende hasta alcanzar el intestino grueso. Desde el intestino grueso sube al estómago, atraviesa el diafragma y penetra en los dos pulmones. Sube por la tráquea, llega a la garganta, se dirige a la axila y se exterioriza en el punto P-1. Continúa hacia la cara anterior del hombro. Desciende por el borde anterior radial del brazo y del antebrazo, pasando por el centro del pliegue del codo, por el borde radial del tendón del bíceps braquial. Desciende por la cara radial del antebrazo, atraviesa la apófisis estiloides del radio y alcanza la muñeca. Pasa por la eminencia tenar, sigue por el borde radial del dedo pulgar y termina en el ángulo ungueal radial del dedo pulgar.

El meridiano del intestino grueso empieza en el ángulo ungueal radial del dedo índice, sigue por el borde radial del primer y segundo metacarpiano. Llega a la tabaquera anatómica en la muñeca, IG-4. Sigue ascendiendo por el borde del antebrazo, por la línea que une la tabaquera anatómica y el extremo radial del pliegue del codo. Sigue por el borde externo del brazo, pasa por la V deltoidea. Asciende hacia el hombro, a la articulación anterointerna acromioclavicular. Contornea el hombro hacia atrás, pasa por la espina del omóplato y llega a un punto en el cuello, justo bajo la vértebra cervical 7 (punto reunión de todos los meridianos yang). De ahí vuelve hacia la cara anterior del cuerpo, hacia la fosa supraclavicular donde una rama se interioriza. El trayecto externo continúa desde el hueco supraclavicular sube por el cuello detrás del músculo esternocleidomastoideo, llega a la mejilla y penetra en la encía inferior. Contornea los labios, cruza con su homólogo del otro lado y termina al otro lado de la nariz, en el surco nasogeniano.